Controla la madurez y el engorde de los frutos con el sulfato de potasio

Controla la madurez y el engorde de los frutos con el sulfato de potasio

Más importancia tiene el momento adecuado de fertilización que la dosificación que se realiza. Un cultivo pasa por varias etapas de crecimiento, donde el resultado final es la cosecha y recogida de frutos. Sin embargo, para obtener un rendimiento adecuado y una calidad óptima de dicha cosecha, hace falta algunas cosas que todo agricultor debe saber. Una de ellas es el aporte de potasio que, como vamos a ver ahora, se puede hacer con sulfato de potasio.

Una práctica habitual de uso del potasio (y en este caso concreto, del sulfato de potasio) es utilizarlo para madurar y mejorar la calidad de los frutos.

El potasio lo encontramos en el suelo a partir de silicatos, cuyo origen lo tenemos que asignar a las rocas y minerales magmáticas como micas y feldespatos. Sin embargo, para no entrar en todo este tema que realmente no interesa tanto, básicamente mencionamos cómo encontramos el potasio en el suelo, desde el punto de vista de rendimiento.

  • Potasio directamente asimilable: va fijado en la superficie de las arcillas y en el complejo arcillo-húmico.
  • Potasio interlaminar: esta forma se encuentra entre las distintas láminas de la arcilla y le cuesta mucho a la raíz asimilar el potasio que se puede encontrar en ella. Sin embargo, está ahí.
  • Potasio en fracción mineral: es una fracción del total que podemos encontrar en el suelo no disponible para la planta. A partir de fenómenos como la meteorización o la acción degradativa de bacterías, se puede liberar muy lentamente y ser absorbido por la planta.

Decir, todo cabe, que el potasio directamente asimilable sólo forma el 0,1 o 0,15% del total de este elemento que podemos encontrar en el suelo.

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La función del potasio en la planta

La función que ejerce el potasio sobre los cultivos es, por ser genérico, de tipo fisico-químico.

Se encarga de estimular el contenido en agua de las células, por lo que este hecho está muy relacionado con el engorde y calidad del fruto. También ejerce un efecto de control sobre la permeabilidad de dichas membranas celulares. Menor pérdida de agua se traduce en mayor conservación de frutas y hortalizas.

También contribuye a aportar resistencia a las plantas frente al frío, pues regula la concentración salina de los jugos celulares.

El potasio y el nitrógeno son buenos amigos, por lo que un plan de abonado rico en potasio favorecerá la absorción de nitrógeno.

Potasio efectivo = nitrógeno efectivo

Igualmente, con la sequía ocurre lo mismo. Como el potasio se encarga de reducir la velocidad de transpiración de la planta, en momentos de sequía tendrá más resistencia y será capaz de aguantar estoicamente en situaciones de estrés ambiental.

Y, por supuesto, el potasio ejerce un papel importantísimo en la elaboración de azúcares. Esos que hacen que la manzana esté tan dulce, o la sandía tan jugosa. Por cierto, si después de lo que hemos dicho te apetece plantar sandías, no tienes más que seguir las recomendaciones de su cultivo.

Características del sulfato de potasio

Es importante conocer las características que nos ofrece este abono, sobre todo a la hora de establecer un plan de abonado y una fertilización potásica.

Normalmente, la riqueza del sulfato de potasio es del 50%, y esto está relacionado con las unidades fertilizantesComo puedes ver en el anterior enlace, para establecer la cantidad de abono potásico que se aporta a un cultivo (según las U.F.) y el sulfato de potasio, se hace mediante la siguiente relación.

100 U.F. de potasio para un cultivo = 200 kg de sulfato de potasio soluble en agua, K2O (50%).

¿Cuándo abonar con sulfato de potasio?

Primero, partimos de la base de que se ha elegido sulfato de potasio porque nuestra intención, aparte de aportar potasio al suelo (y a la planta), también queremos reducir el pH de un suelo alcalino.

Si también tenemos un suelo con moderado contenido en sales y tenemos que aportar algún fertilizante a base de este elemento, usaríamos el sulfato de potasio.

Hay cultivos que responden muy bien a este abono, por la mezcla del potasio (del 47 al 52%, normalmente 50%) y el azufre (17%), como cítricos, frutales, brassicas, leguminosas, vid, platanera, etc.

En riego por aspersión, se puede aportar entre 1 y 2,5 g/l de agua, o 2-9 kg/100 L en goteo.

Algunas recomendaciones, según podemos extraer de algunos productos a base de sulfato de potasio:

  • Cítricos: 6 kg/ha y día.
  • Frutales: 250-500 kg/ha y año.
  • Hortícolas: 300-1.000 kg/ha.
  •  Pimiento: 7 kg/ha y día, en la fase de engorde y maduración (durante las últimas 2-3 semanas).
  • Olivo: 0,75-2 kg/árbol y día
  • Piña: 8-9 kg/ha y día, durante la floración de los retoños.
  • Platanera: 5 kg/ha y día.

Eso sí, todo esto es a modo de recomendación. Lo ideal es establecer un plan de abonado adecuado según un análisis de suelo.

La fertilización potásica

También hay que tener en cuenta los niveles de potasio que, de forma natural o por aportaciones anteriores, tiene el suelo donde vamos a cultivar.

Si los niveles de potasio en el suelo son normales o adecuados, simplemente tenemos que aportar potasio según la absorción que realice la planta de este elemento. Es decir, mantener la fertilidad del suelo en los niveles naturales y adecuados.

Si el suelo tiene pobres niveles de potasio, el objetivo es saturar los espacios interlaminaes de las arcillas (lo que hemos comentado antes) y las zonas superficiales. Si tenemos un suelo arenoso, las aportaciones de sulfato de potasio serán mayores con respecto a otra textura, puesto que habrá un mayor lavado.

Si tenemos un suelo con mucho contenido en potasio, hay que evaluar, mediante análisis de suelo, posibles problemas relacionados con acumulación de sales y carencias de magnesio en la planta.

Esto no quiere decir que no haya magnesio en el suelo, sino que la planta no es capaz de asimilarlo por el antagonismo K/Mg.

Necesidades de potasio de las hortalizas

Aunque según el técnico que recomiende el plan de abonado y todas las variables que pueden influir en la cantidad con la que se abona un suelo (sobre todo, medido en el análisis del suelo), un ejemplo de las unidades fertilizantes de potasio que necesitan algunas hortalizas y verduras sería el siguiente: (Extraído de la guía práctica de fertilización racional de los cultivos).

Cultivos al aire libre

Alcachofa (15-20 t/ha): 300-380 kg/ha

Apio (60-80 t/ha): 380-600 kg/ha

Berenjena (50-70 t/ha): 320-400 kg/ha

Brócoli (15-20 t/ha): 370-450 kg/ha

Calabacín (20-30 t/ha): 110-160 kg/ha

Cebolla (60-70 t/ha): 200-250 kg/ha

Col (45-55 t/ha): 290-320 kg/ha

Coliflor (25-35 t/ha): 300-360 kg/ha

Espinaca (22-28 t/ha): 180-220 kg/ha

Guisante (3-5 t/ha): 90-140 kg/ha

Judía verde (12-16 t/ha): 130-160 kg/ha

Lechuga (30-40 t/ha): 180-230 kg/ha

Melón (30-40 t/ha): 250-330 kg/ha

Pepino (25-35 t/ha): 120-160 kg/ha

Pimiento ( 55-65 t/ha): 300-340 kg/ha

Puerro (25-35 t/ha): 130-200 kg/ha

Rábano (22-28 t/ha): 90-110 kg/ha

Sandía (45-55 t/ha): 180-220 kg/ha

Tomate (55-65 kg/ha): 300-330 kg/ha

Zanahoria (60-70 t/ha): 300-450 kg/ha

Incompatibilidades

Para todos aquellos que tengan abonadora, decir que no todo vale ni se puede mezclar todo con todo. En una tabla básica de incompatibilidades entre elementos nutricionales (fertilizantes), podemos encontrar la siguiente relación:

COMPATIBILIDADES: nitrato potásico, nitrato amónico, fosfato monopotásico, fosfato monoamónico, nitrato de magnesio, sulfato de magnesio.

INCOMPATIBILIDADES: nitrato de calcio.

Su solubilidad en agua:

Solubilidad en agua 111 g/L (20 °C)
120 g/L (25 °C)
240 g/L (100 °C)

Fuente:http://www.agromatica.es/