El cultivo de habas

El cultivo de habas

Las habas pertenecen a la familia de las leguminosas, y como todas ellas, tienen la capacidad de fijar el Nitrógeno atmosférico en el suelo. Todo ello no lo hacen por sí solas, sino gracias a la relación de “amistad” con unas bacterias del género Rizobium que se establecen en sus raíces. El haba (cuyo nombre científico es Vicia faba) es una de las leguminosas que mayor capacidad de fijar nitrógeno tiene. Recordad que el nitrógeno es uno de los elementos que necesita la planta en mayor medida para su desarrollo. Resumiendo, con las habas estamos añadiendo abono al suelo que podrá ser aprovechado por el siguiente cultivo que establezcamos tras ellas.

Tras lo dicho, mi principal interés por cultivar esta especie reside en la anterior propiedad. Además, consigo realizar una labor profunda, pues el sistema radicular (raíces) es bastante extenso y profundo, lo que también beneficia al siguiente cultivo que implantemos. Mientras dura el cultivo por supuesto que aprovecho lo que puedo la producción de legumbres, cuando tienen una longitud de unos 10 cm. Fritas con un poco de cebolla y jamón están muy buenas y son un buen aperitivo para la cervecita del mediodía, y el arroz con habas está genial. También decir que tienes que acostumbrarte a la sensación áspera que presenta al comerla (creo que se elimina si se escaldan previamente pero como las cocino directamente no os puedo asegurar nada).
La semilla tiene un tamaño de unos 2 – 3 cm, y para ser recolectada de nuestras plantas hay que esperar a que las vainas que las contienen comiencen a secarse, cosa que ocurre a finales de mayo, principios de junio. Entonces las vainas tendrán una longitud de unos 20 a 30 cm. Cuando se secan del todo, se abren solitas y dejan caer la semilla, pero conviene recogerlas un poco antes para evitar perder simiente, y dejarlas secar en un lugar apropiado. Cuanto más secas estén, más nos aguantarán. Yo estoy utilizando semillas de hace 4 campañas y aún no he notado mermas en el porcentaje de nascencia.

habas

El momento de siembra va desde mediados de septiembre hasta diciembre. Influirán por supuesto las condiciones climáticas. Yo las siembro a golpes cada 40 cm y separando las líneas entre sí otros 40 cm. En cada golpe deposito 3 ó 4 semillas y a una profundidad de 4 ó 5 cm. Esta campaña la siembra se hizo el día 9 de octubre.
En mi caso, las labores a que reduzco el mantenimiento del cultivo una vez las he sembrado, son la eliminación de las malas hierbas en las primeras fases de desarrollo. Cuando la planta alcanza una altura de unos 25 cm, no vuelvo a realizarle ningún cuidado.

Señalar por último que sobre las habas apenas existen plagas y enfermedades que la afecten de manera importante. Quizás son muy llamativos los ataques de pulgón negro, pero en mi caso, como la función principal del cultivo no es la producción, no supone problemas. Si esperáis recolectar semilla, os podéis encontrar con que las vainas estén cubiertas por una sustancia pegajosa y oscura. Es debido a las secreciones de los pulgones, que son ricas en azúcares. De cualquier forma, esto solo afectaría a la parte exterior de la vaina, no a las semillas, por lo que no habría mayor problema.


Fuente: http://plantas.facilisimo.com