Consejos básicos para empezar un huerto

Consejos básicos para empezar un huerto

Todos tenemos nuestra historia sobre cómo llegamos a plantearnos cultivar hortalizas en macetas. En mi caso fue paseando por un mercadillo dominical y viendo plantel de lechugas de hoja de roble. Pensé: ¿Y por qué no probar con cuatro lechugas?
El problema empieza cuando te preguntas si con esa maceta tendrá suficiente o si tienes que abonarlas como a los geranios…
Porque poder, se puede.
Esta guía pretende aclarar algunas de las muchas dudas que se tiene cuando se empieza, siempre desde mi humilde y puede que equivocado conocimiento.
Lo primero que tenemos que hacer: Leer e informarnos
Es muy importante leer un poco antes de empezar con el huerto.
En esa afirmación me permito ser rotunda, porque de esa lectura dependen muchos de los pasos que deberemos dar a continuación como es la compra del sustrato y de los contenedores donde vamos a plantar. Aparte, claro está, de conocer un poco más los requisitos de cultivo de las hortalizas más habituales.
Es muy básico pero quizá por ello es apropiado en un momento en que todo suena a chino y hay que asimilar muchas cosas distintas.

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Comprar el material
Empezar el huerto implica un desembolso económico más o menos importante. Cada uno sabrá hasta dónde alcanza, pero hay algo en lo que siempre recomiendo no escatimar, y es en la compra de un buen sustrato. A nuestras hortalizas les interesará más “lo que comen” que si están plantadas en una hermosa jardinera o en un bidón de pintura.
Es conveniente investigar si en tu pueblo o ciudad existe cooperativa agrícola. Es algo que normalmente se ignora cuándo se empieza pero que va muy bien ubicar porque en los próximos meses vas a tener que pasarte a menudo por ahí a por montones de cosas.
En las cooperativas puedes encontrar todo lo que necesitas y en algunos casos a mucho mejor precio de lo que lo encontrarías en un vivero, garden center o en la jardinería de la esquina. Y en el caso de los sustratos tienen algunos apropiados para hortalizas así como estiércol, abonos, fitosanitarios, semillas, plantel y toda la parafernalia que necesitaremos a partir de ahora.
Elige un buen sustrato
Como dije más arriba, a nuestras hortalizas les interesa más estar en un buen sustrato que en una hermosa maceta. Por ello es importante la elección de uno de calidad.
Yo lo compro siempre en la cooperativa agraria, tienen uno especial para hortalizas que de entrada me garantiza el hecho de que lleve toda una serie de nutrientes.
Fíjate que todo el rato estoy hablando de sustrato, no de tierra. Y es que con sustrato me refiero a la mezcla en la que van a estar plantadas las hortalizas. Y de eso hay muchos tipos: el llamado sustrato universal que se compra en los viveros para las plantas de flor, la turba, la fibra de coco e incluso la perlita son sustratos utilizados en cultivos hidropónicos.
Un error habitual es pensar en “tierra” y utilizar la que se puede coger de un bosque o de un campo sin tener en cuenta que puede no tener los nutrientes necesarios para lo que vamos a cultivar en ella. Ahí pues, es donde entra ese refrán tan popular entre los agricultores, ese que dice: “Cava profundo, echa basura y olvida los libros de agricultura”.
O sea, que lo que hay que poner es mucho estiércol, muchos nutrientes para que la tierra sea buena. Porque en el abonado reside también parte del éxito del cultivo en macetas.
Una puntualización ahora que hablo de estiércol. Si al leer esta palabra piensas en caca, en olor desagradable y en algo asqueroso de manipular, te diré que te equivocas. Bueno, no todos los estiércoles y abonos huelen a perfume, pero no hacen mala olor ni te van a hacer venir moscas ni nada de eso. Y menciono el tema porque para mí fue una agradable sorpresa comprobar que el estiércol de caballo que es el que utilizo, no era para nada asqueroso sino algo con la consistencia algo distinta de otro sustrato.
Volviendo al tema del sustrato… hay que tener en cuenta un factor más, y es el peso total del contenedor sobre todo si vives en un piso y vas a tener las hortalizas en la azotea o en la terraza. La tierra de jardín, de campo, de bosque, es mucho más pesada que otros sustratos y como ya dije antes, puede no contener los nutrientes necesarios.
Por ello me permito copiar unas posibles mezclas apropiadas para huerto que he extraído del libro “El huerto urbano” y del que ya os dejaré datos más adelante por si queréis comprarlo:

-60% fibra de coco
+40% humus de lombriz
-66% sustrato estándar
+33% estiércol de caballo
-50% de corteza compostada
+ 20% de turba rubia
+ 30% de estiércol de gallina con serrín compostado
No todos estos materiales son fáciles de conseguir, pero tampoco es imposible. Concretamente la fibra de coco con el humus de lombriz es el más ligero de todos, pero personalmente no lo he probado porque utilizo la segunda opción.
Semillas o plantel, hay que tomar una decisión
Una de las cosas más apasionantes del huerto es ver germinar tus propias semillas. Pero eso es algo que cuando empiezas el huerto no te planteas en la mayoría de las ocasiones. Primero, porque normalmente desconoces cómo hacer un semillero y por otro lado, da mucha rabia comprar un paquete de semillas enorme cuando sabes que solo tienes espacio para cinco o seis tomateras por ejemplo.
Por este motivo es una buena opción comprar plantel el primer año del huerto. Este puedes adquirirlo en la cooperativa agraria, tiendas especializadas en material hortícola y también en los mercados de abastos (normalmente lo tienen los agricultores que venden su producto de manera directa fuera del mercado en la mayoría de ocasiones). Si no tienes ni idea de dónde encontrarlo a pesar de todo, seguro que si preguntas a tu verdulero habitual te sabrá decir dónde conseguirlo.
Fuente: http://www.picaronablog.com/